No me canso de decirlo, te amo.
Me acorde del cuartito, esas dos escaleras. Alguna vez me subiste a caballito y las subimos, yo estaba descalza, el piso estaba frío. La puerta de la terraza era negra y había que golpearla. Me acuerdo, entramos, tu cuartito, tu casa, tu templo, pensé que era tan vos, tenia tu olor. Nos tiramos, nos abrazamos. Me dijiste cosas al pasar, cosas que no pasaron mas. Yo me estaba yendo de viaje. Pensé que no nos veríamos mas, venia tu cumpleaños y yo no iba a estar. En Bariloche me esperaba otra historia, pasar año nuevo entre gente desconocida tampoco era mi plan, pero tuve que hacerlo. Sabia que allá había una hamaca lejos de donde estaba parando que me traía buenos recuerdos, vivía ahí. Llevaba mi música, miraba esos paisajes, yo nací ahí. Hace poco pase por una plaza y olí ese olor que solo hay en Bariloche. Se me llenaron de lágrimas los ojos. Volví caminando a mi casa, me acompañaste, descubrimos que esta calle unía mi barrio con el tuyo y que en cinco, ocho cuadras, se achicaba todo capital. Legue a mi casa a terminar mi bolso. Me acuerdo que no pude dormir, solo tomar mate, a las diez salía el micro. Me la pasen leyendo ese viaje, leí Rayuela. Que melancolía. Eran tiempos raros. ¿Que me había pasado en dos meses?
Aunque parezca que no, yo soy conciente, eso fue parte de una ruina, de rutina. Me gustaba la palabra amante, me gustaba decirte ¿vamos?, si. ¿Cuantas veces estuvimos? ¿Y cuantas veces lloramos? No quiero que me llames mas, me da culpa. Acidez me da. Antes pensaba en vos y me daban ganas de vomitar.
Claro, uno aprende, que el cuerpo se cansa, se enferma, muere. Mas que la mente quizás. No es para siempre, o es para siempre. Hay cosas que son para siempre. Solo que uno no entiende la inmensidad del para siempre. Se viene una vida para siempre. Una y otra vez, volver a los mismos lugares, las luces blancas, los mismos sonidos. Para siempre.
Hay lugares que uno no conoce hasta que lo siente.
Hay sonidos que solo se ven con el dolor.
Hay cosas que solo quedan registradas en el cuerpo.
23 de septiembre de 2010. 14.14hs.
Las hojas secas solo hacen ruido porque uno las puede escuchar.